La mirada crítica sobre la cultura woke, se relaciona con el impacto de las nuevas tecnologías en el panorama político actual, ha permitido la expansión me del término “woke”.
Este concepto que ha ganado gran popularidad en los últimos años, especialmente en las redes sociales y medios de comunicación y ha tenido impacto en la política comtemporáneas.
Orígenes
En sus orígenes, el término “woke” surgió en la comunidad afroamericana de Estados Unidos como un llamado a la conciencia y la movilización frente a las injusticias raciales y sociales.
William Melvin Kelley, primero en acuñar el término woke.
Sin embargo, en los últimos tiempos, su significado se ha expandido y transformado, englobando una amplia gama de ideas y movimientos progresistas que abogan por la justicia social, la igualdad y la inclusión.
Podría situarse en década de 1960, la aparición del término “woke”, que surgió en la comunidad afroamericana de Estados Unidos, como un llamado a la conciencia racial y la movilización frente a la discriminación.
Personalidades destacadas
Se destacan personalidades como Stokely Carmichael y Malcolm X, quienes popularizaron el uso del término.
Significado en Español
Respecto al significado en español de esa palabra, no existe una traducción única y precisa del término “woke” al español que capture todas sus complejidades y matices.
Las traducciones más comunes se refieren a Despertado. Esta traducción enfatiza el aspecto de la conciencia social y la sensibilización ante las injusticias sociales. Sin embargo, puede generar confusiones con el significado original de “woke”, que no solo se refiere a la conciencia, sino también a la acción y la movilización para generar cambios.
“Woke” entonces implicaría un despertar a las injusticias sociales y una toma de conciencia sobre las desigualdades raciales, de género, etc. También conlleva la idea de la acción y la movilización para generar cambios sociales positivos.
Por lo tanto, si bien “despertado” es la traducción literal más cercana, puede no transmitir todos los matices del término “woke”.
Expansión
En la década de 1970 y 1980, el activismo por la justicia social se amplió a otros grupos minoritarios, como las mujeres, la comunidad LGBTQ+ y las personas con discapacidad.
Década de 1990: La teoría crítica, un marco teórico que analiza las estructuras de poder y las desigualdades sociales, ganó mayor influencia en el ámbito académico y activista.
Consolidación
En el Siglo XXI, con la llegada de internet y las redes sociales, la cultura “woke” experimentó un crecimiento exponencial. Las plataformas digitales facilitaron la difusión de ideas y la organización de movimientos sociales, como Black Lives Matter y #MeToo.
En los años 2010, el uso del término “woke” se expandió más allá de su origen afroamericano, englobando una amplia gama de ideas y movimientos progresistas que abogan por la justicia social, la igualdad y la inclusión.
Logros
Es importante reconocer los avances logrados en materia de derechos civiles y la lucha contra la discriminación en las últimas décadas.
No obstante, considero que la cultura “woke” en su actual expresión presenta algunas derivaciones preocupantes que merecen ser analizadas.
Aspectos críticos
Uno de los aspectos más críticos de la cultura “woke” es su tendencia a la polarización y la fragmentación social.
La excesiva atención a las identidades y la reivindicación de grupos minoritarios, si bien legítimas y necesarias, puede generar una dinámica de “nosotros contra ellos” que obstaculiza el diálogo constructivo y la búsqueda de soluciones consensuadas.
Asimismo, la cultura “woke” suele ser asociada con una visión “canceladora” que busca silenciar o censurar opiniones discrepantes.
Esta actitud, bajo la premisa de proteger a grupos vulnerables, puede limitar la libertad de expresión y el debate abierto de ideas, pilares fundamentales de una sociedad democrática, republicana y pluralista.
Opinión de autores
Autores como Douglas Murray en su libro “La masa enfurecida” o Mark Lilla en su libro “El regreso del liberalismo” advierten sobre los peligros de una identidad política basada en la victimización y el resentimiento.
Por otra parte, autores como James Lindsay en su libro “Cultural Marxism: Critical Theory and the People’s War” o Erin Clare O’Keefe en su obra “Why I’m No Longer a Feminist: A Feminist’s Rethinking of the Radical Feminist Movement” exploran la relación entre la teoría crítica, base del pensamiento “woke”, y el marxismo.
Sostienen que ambas corrientes comparten una visión similar del mundo, donde las estructuras de poder y las desigualdades sociales son inherentemente injustas y deben ser combatidas mediante la lucha de clases o identidades.
Riesgos
Es importante recordar que la justicia social no se alcanza mediante la confrontación constante, sino a través del diálogo, la tolerancia y el respeto mutuo.
La cultura “woke”, en su afán por erradicar toda forma de discriminación, corre el riesgo de convertirse en una nueva forma de intolerancia.
Por intentar perpetuar la división y el enfrentamiento social, la cultura “woke” representa un fenómeno complejo y multifacético.
Si bien es fundamental reconocer la importancia de la lucha por la justicia social y la igualdad, también es necesario ser cautelosos ante los excesos y derivaciones que esta forma de ver el mundo puede presentar.
Por eso, es fundamental mantener una postura crítica ante cualquier discurso que pretenda dividir a la sociedad en grupos antagónicos y promover la confrontación en lugar del diálogo constructivo.